Los ratones son plagas que pueden causar mucho daño una vez en su hogar. Para luchar contra la presencia de estas plagas dentro y alrededor de su hogar, se pueden implementar ciertas técnicas preventivas.

1 – LAS HOJAS DE LAUREL COMO REPELENTE NATURAL

¿Tienes la suerte de tener un laurel en tu jardín? Recoge sus hojas que constituyen un excelente repelente natural de ratones. Para ello, solo necesitas humedecerlos un poco y triturarlos un poco. Luego coloque las hojas de laurel en los puntos de referencia de los ratones para que no regresen pronto.

2 – MENTA

¿Te encanta el olor fresco y vigorizante de la menta? Esta atracción por este singular olor está lejos de ser compartida por todos y las ratas y los ratones son de los que más les cuesta apreciarlo, lo que lo convierte en un excelente repelente natural muy efectivo contra estos pequeños roedores. Esto se explica por el hecho de que estos animales dependen en gran medida del sentido del olfato para ubicarse en el espacio e interpretarlo para detectar el peligro. Por lo tanto, puede colocarlos en el jardín en casi todas partes o en su interior, sin olvidar los armarios y los lugares de paso que haya identificado. Para difundir mejor su aroma, puedes tomarte el tiempo de triturarlo un poco para que huela aún mejor y les asquee.

3 – PAPEL DE ALUMINIO

Cubra los mostradores y todos los lugares donde deambulan los ratones con papel de aluminio cuando cierre su remolque o cabina para el invierno. También puede sellar agujeros y grietas con papel de aluminio. Jamás un ratón masticará este papel con sus dientes.

4 – LUCHA CONTRA LAS RATAS CON PIMIENTA

Las ratas tienen un sentido del olfato muy desarrollado y no soportan la pimienta y el limón. Basta con poner limón o pimienta en los lugares por donde pasan estos roedores. Esto suele ser suficiente para disuadirlos. Sin embargo, pueden volver si la casa es una fuente de alimento para ellos. Evita dejar sobras adentro.

5 – BICARBONATO DE SODIO

Mézclalo con un alimento que le guste a las ratas, como la mantequilla de maní. Una vez que la rata ingiere el bicarbonato, se convierte en dióxido de carbono y la mata.